22/4/18 Feria del libro S.S.Reyes
Por tercer año consecutivo he tenido el placer de estar en la feria del libro de S.S.Reyes, la ciudad donde resido y en la que he sido criada. Un año más los libreros de la localidad han aunado esfuerzos para fomentar la lectura y la cultura en Sanse entre jóvenes y adultos. Más que el «día del libro» ha sido la «semana del libro», pues se han organizado diversas actividades para incentivar la lectura y conocer mejor la historia del lugar.
En especial agradezco a Librerías Pernatel el esfuerzo que hace por ayudar a autores nóveles e independientes, entre los que me cuento. Este es el segundo año que organizan un encuentro entre autores del que he salido con un buen sabor de boca y con una nueva adquisición para este puente («Ecos del pasado I: la danza del fuego» de Leïla Bentahar Pelate).
En el evento estuvo, como no, una de las figuras más representativas del la literatura «sansera»: Manuel López Azorín, que con sus versos, junto con otros poetas, como mi buen amigo Fernando Torres Vico («El vértigo de tus labios»), vistieron de poesía el encuentro.
Yo me presenté con mis anteriores obras «Soles de sangre», «Honor, amor y otros sueños frustrados» y «Los ojos de Saray: una mirada a la fibrosis quistica». Espejos humanos, en los que no he tenido miedo de mirarnos, porque los personajes de dichas novelas tampoco tienen miedo de verse por dentro y reflejar como son. Y aunque el talento comercial se lo quedó todo mi hermano, no se dio mal la cosa y de ocho ejemplares vendí cinco (no está mal para ser yo).
Como conclusión decir que aporveché el encuentro para leer un adelanto de mi próximo libro «Las lágrimas del Fénix». La tan ansiada segunda parte de «Soles de sangre», que algunos de mis lectores me reclaman. ¡Por fin está terminada y revisada! Solo falta pasar las correcciones a limpio y, si todo va bien, para Septiembre, Octubre podré presentarla formalmente. Para ir abriendo boca os dejo unas pequeñas pinceladas:
Fragmento de lectura cap 38 «Sueños rotos» «Las lágrimas del Fénix» (Estel Vórima)
—No debí permitir que te acercarás a mi hija. Has sido una mala influencia para ella.
—¿Yo? Yo solo evité que su reputación, y la tuya, cayeran por los suelos. ¡Qué manía tenéis los padres padres de pensar que vuestras hijas son unas santas! Las mujeres somos madres, hijas, esposas, hermanas, pero ante todo somos mujeres. Mujeres de carne y hueso, con necesidades, deseos y debilidades. ¡Somos tan humanas como vosotros y, además de eso, capaces de parir!
Agradecer la colaboración de un viejo amigo y compañero literario, Álvaro Gallego López, a quien lié de mala manera, en la lectura dramatizada, que tan buena acogida tuvo entre el público. Y también la presencia de mis fans más incondicionales Eunice, Mariam y Mabel, y otras amigas. Y, por supuesto, mi madre, que no se pierde una.
ESTEL VÓRIMA
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